Hoy en día existen niños y niñas de diferentes países en las aulas. Por ello he decidido abordar este tema desde mi perfil de Educadora Social y Técnico en Educación Infantil.
En los años 90 comenzó a notarse el fenómeno de la inmigración en España, en su mayoría procedente de Europa del Este, Latinoamérica y el norte de África. Hoy en día, el aumento de los alumnos extranjeros en los centros educativos es toda una realidad.
Además de tener en cuenta el concepto de tolerancia y respeto, debemos saber convivir. Para ello deberían de diseñarse propuestas para trabajar la educación intercultural, comenzando desde las edades más tempranas: la Educación Infantil.
Multitud de niños y niñas con diferentes culturas, distintas lenguas y diversas costumbres se encuentran en nuestras aulas. Debemos permitir y fomentar un intercambio entre las distintas culturas. Aquí es donde surge la Interculturalidad, que persigue la construcción de una sociedad basada en la convivencia.
A menudo este término es ampliamente confundido con la Multiculturalidad. A diferencia de como sucede en la Interculturalidad, en la Multiculturalidad se enfatiza la cultura e historia propias.
Sin duda alguna me despierta gran interés la Educación Intercultural, cuyo epicentro es la cultura y todos formamos parte de esta. Todos somos cultura.
Los Educadores Sociales tenemos la labor de trabajar de una manera cooperativa, para así garantizar el éxito escolar dentro del aula formada por alumnos de diferentes culturas.
«El Proceso Educativo, hoy más que nunca, debe fortalecer su compromiso con el ecumenismo o unidad humana. El reconocimiento esencial de que es más lo que nos une que lo que nos separa ha de nuclear la Educación Intercultural sin que ello llegue a soslayar las respectivas idiosincrasias» (Martínez Otero, V., 2002)